miércoles, 17 de junio de 2015

TP2: necropolitan tur

KIT INICIAL
- mapa, lapicera y libreta mágica.
- 3 amuletos
- vela aromática
- camara analogica con rollo
- dibujo de sandwich de miga
- autito de carreras
- 3 flores
- libro de oscar wilde






NIVEL 0
  1. dirigirse al punto de encuentro (entrada principal chacarita) a la hora acordada (recomendado: domingo 3pm.)
  2. repartirse los amuletos
  3. si se sienten insensibles, prender la vela aromática (ver zonas de humo)
  4. foto grupal
  5. entrar al cementerio de chacarita


NIVEL COMPLETADO
continuar?NO → salir y clavarse una pizza en el imperio
continuar?SI → siguiente nivel
NIVEL 1 : ARTIE
  1. dirigirse a la sección 13 (celebridades)
  2. llevarle un sandwich de miga a pappo (foto)
  3. ubicar una tumba de un artista musical de agrado y cantale una canción suya (selfie con la tumba)
  4. pedirle un milagro a gilda
  5. dejar un autito a los hermanos gálvez (corredores de carrera)(foto)


NIVEL COMPLETADO
continuar?NO → salir y clavarse una pizza en el imperio
continuar?SI → siguiente nivel


NIVEL 2 : SOCIOCULTURAL
  1. salir de la sección 13 y recorrer la sección 9
  2. encontrar estatua de un pibito en las alturas y diagnosticar su muerte (foto)(crear entrada en libreta)
  3. caminar en dirección a los nichos
  4. dejarle flores a alguien (foto)
  5. salir por el costado, entrar al cementerio alemán y encontrar una tumba nazi (si no hay gente foto, si hay crear entrada en libreta)
  6. fotear tumba de agrado para su propia muerte (selfie)

NIVEL COMPLETADO
continuar?NO → salir y clavarse una pizza en el imperio
continuar?SI → siguiente nivel
NIVEL 3 : CREEPY PARANORMAL
  1. salir del cementerio alemán y entrar al cementerio británico.
  2. sentarse en un banquito, escribir epitafio propio y dejarlo en una tumba. (foto y/o crear entrada en libreta)
  3. caminar hacia un claro, leer en voz alta un fragmento de oscar wilde y percibir la reacción del lugar. (crear entrada en libreta)
  4. encontrar una tumba de un deceso del año de tu nacimiento y flashear un rato que sos su reencarnación.
  5. tocá una tumba y fijate que se siente.(crear entrada en libreta)
  6. foto final (libre)


NIVELES COMPLETADOS!
SOS UN GENIO DEL UNIVERSO
→ continúa con tu vida

miércoles, 27 de mayo de 2015

TP2 : La ciudad como escenario

Cementerios de la Chacarita, Británico y Alemán.





Breve historia


La idea de hacer un cementerio en lo que hoy es el barrio de Chacarita surgió en 1871, con la epidemia de fiebre amarilla. Los lugares que ya existían empezaron a quedarse sin espacios, rechazando eventualmente inhumaciones de víctimas de la fiebre, sumando las clases humildes a las filas de discriminados póstumos que ya conformaban los “disidentes”, la población no católica que era cada vez más abundante en el país.
Gracias al afluente inmigratorio de países protestantes, y el rol social ocupado por ellos, mayoritariamente comerciantes, maestros y profesionales (lo que podríamos considerar hoy los primeros brotes de la clase media del país) ya para 1820 habían conseguido la concesión para inhumar a sus difuntos, en la calle Juncal, lindando con la Iglesia del Socorro Trasladado en 1833 a la calle Victoria, hoy Hipólito Yrigoyen y Pasco, hasta 1892, a la actualmente Plaza 1° de Mayo.
Con estos antecedentes, en 1887 el estado argentino, que para entonces abría sus puertas a los ciudadanos del mundo sin distinción de origen o credo, destinó unas cinco hectáreas de lo que hoy es el Parque los Andes para lo que se conoció como el Cementerio Viejo

En 1892, se concedieron allí a perpetuidad dos predios diferenciados para los protestantes, lo que hoy se conoce como Cementerio Británico y Cementerio Alemán.
Luego comenzaron a realizarse las inhumaciones en lo que se denominó "Chacarita Nueva" y luego "Cementerio del Oeste", hacia 1896.




Su construcción generó una expansión del barrio, que hasta el momento era un predio estudiantil, y la apertura de nuevos negocios. Florerías, bares, y las herrerías donde se realizaban los trabajos en las bóvedas. Se creó el Tranvía Fúnebre para llegar al cementerio desde la llamada Estación Fúnebre, actualmente barrio de once, donde se recibían los ataúdes.
Dentro de estos lugares históricos descansan los restos de personajes reconocidos de la historia y cultura popular, tanto del país como del extranjero. Desde orquestas enteras de tango hasta héroes de guerra nazi, pasando por escritores y figuras religiosas a las que aún se les rinde tributo, estos predios albergan la población mortuoria más grande del país, siendo también uno de los cementerios más grandes del mundo.



Análisis y relevamiento fotográfico



Predomina una paleta monocromática, mármoles de negro incorruptible y blancos sucios por el paso del tiempo, son los materiales por excelencia de las estructuras y ornamentaciones mortuorias.
 La naturaleza y las flores, naturales o artificiales, contrastan con esa neutralidad. Ese contraste hace que uno no se olvide de donde está. 

Sus clásicos estilos arquitectónicos y escultóricos; del neogótico, neoclásico y art decó emplazados en las secciones principales hasta el minimalismo eficiente (forzado por la falta de espacio y recursos para rendir culto a los muertos) nos transportan en una línea del tiempo cuyo génesis se encuentra en el siglo XIX, cuando el contacto con la muerte era algo necesario para la psique humana en su rol expiatorio de miedos y clarificador del destino unívoco de la vida.





Tal como sucede con los barrios de los que aún viven, en la morfología de la necrópolis podemos dar crédito de las distionciones de clase. Apenas se ingresa al perdio, sobre avenida corrientes, lo primero que encontramos son las “tumbas célebres”, un paseo de un par de calles por el barrio final de los personajes más destacados de la población mortuoria. Allí, a diferencia del resto del predio, es permitido sacar fotos, cosa que está vetada para el resto de las tumbas, las no famosas, a las que se preserva en su privacidad.

Adentrándonos más, encontramos el distrito de mausoleos, que se elevan como distinguidos caserones de un silente barrio privado. Enrejadas muchas, profanadas otras, y abandonadas otras tantas, estas estructuras no solo nos hablan de la filiación social y económica de quien las habita, sino también de la evolucion en el tiempo de esa pertenencia de clase; esculturas de ángeles languideciendo sin alas, ataúdes abiertos, cartelitos de papel que rezan “falta reja”, denotan que la sensación de inseguridad de la propiedad privada asecha también en el plano de trascendencia.




Sigueindo el recorrido, entramos a la zona residencial, donde se emplazan una suerte de enormes mansiones mortuorias. Mas allá, las tumbas departamentadas nos remiten a un edificio de monoambientes.
Alejado de todo encontramos los subirbios, las tumbas en la tierra. Desde mausoleos miniatura hasta humildes cruces blancas y lápidas sin nombre. Las analogías sociales están de más.






Allí nos topa un agente de la ley pidiendonos que borremos las fotos de las tumbas particulares, las “no famosas”, a las que “se le debe respeto”, “porque para eso está el distrito de las estrellas”, comenta.














Para ingresar a los otros cementerios hay que salir de la populosa chacarita católica.

Entrando sobre avenida el cano encontramos el cementerio Británico. La idiosincracia inglesa reviste con su mística todo el lugar, transportándonos a un espacio tiempo habitado de herencias druidicas, masónicas y tupidos árboles de su caracteristico verde oscuro. Hay muchas menos cruces que en el primer cementerio, y ninguna de ellas tiene al cristo cadavérico en su silueta, dando testimonio de las sutiles diferencias de criterio que originaron la separación entre católicos y protestantes.
Los claroscuros aquí no son sociales, no hay mausoleos, ni tumbas pobres. Tampoco personas visitándolas. No hay sensación de inseguridad, pero el ambiente es mucho más denso y sepulcral.











La visita allí, por cuestiones demográficas, es mucho mas breve. Saliendo del predio y siguiendo por avenida El cano, ingresamos al cementerio Alemán. El edificio central reza "Selig sind die Toten, die in dem Herrn sterben" ("Bienaventurados los muertos que mueren en el Señor").




Es aún mas íntimo, pero espacioso e iluminado, que el Inglés. Vemos muchas menos cruces, e inclusive hay tumbas que, invocando al paganismo más primigenio, están emplazadas sobre piedra virgen. Abundan las runas, águilas, cruces de hierro y los símbolos del trabajo, huellas de la cultura apropiada por el nazismo. Aún se puede ver en las tumbas, los restos de las esvásticas hoy limadas y pintadas, de los héroes de guerra nazi. Sobre un costado, el único mausoleo es un gran obelisco negro escoltado por un águila imperial.








Conclusión:

En el contexto actual, donde los parques mortuorios son paisajes minimalistas, cubiertos de pasto y lápidas escuetas, ausentes de parafernalia mítica y grandilocuencias arquitectónicas, los cementerios de Chacarita nos pueden resultar chocantes en su explícito, y un poco kitsch, homenaje a la vida eterna.  Tal vez ese sea el motivo por el cual sus calles están desoladas; incluso en fechas como el Día de los Muertos, que antaño supieron congregar miles de personas que el primero de noviembre encontraban necesario homenajear a sus muertos, honrar sus vidas, meditar sobre cuestiones existenciales tal vez con sólo poner una flor bajo un apellido compartido.
Es vox populi ya el estado de abandono del lugar, que es escenario de la vida de muchos seres vivos devenidos en muertos sociales, invisibilizados por la naturalización de las condiciones de vida infrahumanas que, irónicamente, encuentran refugio en los vestigios de la desnaturalización de algo tan homogeneizador como es la muerte. 
El enajenamiento de los rituales de transición, la secularización del pensamiento mítico, el rol de la ciencia en la calidad de vida humana y sus consecuencias ideológicas, nos han dejado otra vez temerosos y angustiados ante el fin de la vida, que no es otra cosa que una manifestación más de su misteriosa y mágica dinámica natural.




Fuentes: 
http://es.wikipedia.org/wiki/Cementerio_de_Chacarita
http://es.wikipedia.org/wiki/Cementerio_Brit%C3%A1nico_de_Buenos_Aires
http://www.cementerioaleman.org.ar/
http://xbsas.com.ar/2014/06/04/un-paseo-poco-habitual-el-cementerio-aleman/


miércoles, 20 de mayo de 2015

Práctico uno. Objeto animado.

 Piezas de paraguas sobre mecanismo de fibrofácil y banditas elásticas con cabeza de porcelana fría.

Memoria descriptiva


Con la consigna de abstraer el movimiento de un animal, que eventualmente daría las bases para construir un autómata, lo primero que me cuestioné, antes del movimiento mismo, fue el animal que elegiría. Traté de pensar más allá de los que asumo como animales favoritos; gatos, caballos, serpientes. Los primeros los descarté por poco interesantes motrizmente, y a la serpiente por intrincada, asumiendo mis nulos conocimientos de mecánica y lo poco que recuerdo de física. Traté entonces de pensar con qué animal podría empatizar lo suficiente como para emprender, y finalizar, un proyecto con el que me encontraba a priori en cierta desventaja técnica. Busqué algún animal que, a la vez de tener cierta cualidad con la que pudiera relacionarme, tenga alguna similitud de movimiento con algún objeto cotidiano, del que pudiera aprovechar para reciclar materiales y mecanismo.
Algo característico de mi es que soy noctámbula. Y me gusta la lluvia.
Con eso como premisa, en algún momento llegué al murciélago y a la idea  de que sus alas tenían un dejo de paraguas.
La clase donde había que presentar el animal no llevé mi propuesta porque pensé que había que desglosar cuadro por cuadro el movimiento y no llegué a dibujarlo. Pero se la comenté a algunos compañeros criteriosos  y ante su aprobación dejé de pensar que era un disparate. Mágicamente todos los paraguas de mi casa habían desaparecido, y recordé que todos se habían roto. Esa poca vida útil eventualmente me jugaría a favor.
El miércoles siguiente llovió muy fuerte. Engripada y sin paraguas, falté a clase. El fin de semana salí a cirujear por el barrio y encontré dos especímenes. Uno largo y el otro retráctil. El primero se parecía bastante a lo que tenía en mente, pero las varillas estaban todas rotas y no se dividían en las tres falanges que había visto en los dibujos que tenía por referencia.
Habiendo encontrado la materia prima, podía ya cuestionarme el mecanismo. Volví a ver, ahora con moderada desesperación, los videos del movimiento y a buscar información sobre juguetes voladores, sin mucho éxito. Hasta que un compañero compartió una playlist de youtube con unos 700 videos de mecanismos. Poleas, engranajes, pesos, contrapesos, cadenas invertidas ...Los vi todos más de una vez, tratando de encontrar alguno que pudiera hacer subir y bajar las alas de forma cíclica, no muy brusca, ni lentamente.  El que elegí, fue este:
Flapping wing mechanism (crank&rocker)
A partir de ahí empecé a bocetar.
El problema entonces pasó a llamarse engranajes. Los fabrico yo misma? Los compro? Dónde se consiguen? Se consiguen? Busqué en mercadolibre y lo que encontré fue chatarra y piezas de plástico tan mínimas como costosas. Nada me servía.
Un poco más preocupada ya le comento a un amigo el proyecto en el que me había metido, le muestro el pedazo de metal que devendría en ala y me sugiere fugazmente que haga algo que gire con elásticos.
El miércoles, ya segura de lo que estaba haciendo, presenté en clase un ala y mi carpeta de bocetos y referencias. Todos ya estaban bastante avanzados en sus mecanismos. Uno de los profes me preguntó si haría sólo un ala. El otro me preguntó cuánto tardé en vincular murciélagos con paraguas. Recuerdo haberle dicho que vinieron de la mano.
Según unos cálculos superficiales me bastaba un solo un poco de circunferencia para lograr el movimiento. Hice una lista de materiales básicos y compré unas cuantas cosas que en casi su totalidad fueron inútiles. El barral grueso que haría ruedas resultó tener poco diámetro (cálculos muy superficiales),  y tuve que volver a proyectar en cartón, hasta dar con el tamaño justo para que el ala de la vuelta. Con esa medida mandé a hacer círculos de fibrofácil y con cola de carpintero los uní, haciendo dos ruedas simples y una doble.
Un amigo me proveyó la base sobre la que monté las piezas, que era un molde de guitarra de luthier, y la forma me recordó a la de un tórax. Las banditas elásticas gruesas probaron ser eficaces y resistentes. Las partes de barral que había hecho en una instancia previa sirvieron de base para la parte fija de las alas. El armado del modelo que llevé a la pre entrega me tomó aproximadamente 4 horas.
Una vez en movimiento, me percaté que el mecanismo tenia un delay en su ala derecha. Después de la corrección de la pre entrega un par de compañeros me hicieron observaciones muy acertadas acerca del posible origen de la falla. Gracias a eso, alinee las alas que estaban ubicadas asimétricamente, corregí los rozamientos de las ruedas, y cambié el eje transmisor de movimiento a la posición central para que las alas queden  independientes entre sí.