Con la consigna de abstraer el movimiento de un animal, que eventualmente daría las bases para construir un autómata, lo primero que me cuestioné, antes del movimiento mismo, fue el animal que elegiría. Traté de pensar más allá de los que asumo como animales favoritos; gatos, caballos, serpientes. Los primeros los descarté por poco interesantes motrizmente, y a la serpiente por intrincada, asumiendo mis nulos conocimientos de mecánica y lo poco que recuerdo de física. Traté entonces de pensar con qué animal podría empatizar lo suficiente como para emprender, y finalizar, un proyecto con el que me encontraba a priori en cierta desventaja técnica. Busqué algún animal que, a la vez de tener cierta cualidad con la que pudiera relacionarme, tenga alguna similitud de movimiento con algún objeto cotidiano, del que pudiera aprovechar para reciclar materiales y mecanismo.
Algo característico de mi es que soy noctámbula. Y me gusta la lluvia.
Con eso como premisa, en algún momento llegué al murciélago y a la idea de que sus alas tenían un dejo de paraguas.
La clase donde había que presentar el animal no llevé mi propuesta porque pensé que había que desglosar cuadro por cuadro el movimiento y no llegué a dibujarlo. Pero se la comenté a algunos compañeros criteriosos y ante su aprobación dejé de pensar que era un disparate. Mágicamente todos los paraguas de mi casa habían desaparecido, y recordé que todos se habían roto. Esa poca vida útil eventualmente me jugaría a favor.
El miércoles siguiente llovió muy fuerte. Engripada y sin paraguas, falté a clase. El fin de semana salí a cirujear por el barrio y encontré dos especímenes. Uno largo y el otro retráctil. El primero se parecía bastante a lo que tenía en mente, pero las varillas estaban todas rotas y no se dividían en las tres falanges que había visto en los dibujos que tenía por referencia.
Habiendo encontrado la materia prima, podía ya cuestionarme el mecanismo. Volví a ver, ahora con moderada desesperación, los videos del movimiento y a buscar información sobre juguetes voladores, sin mucho éxito. Hasta que un compañero compartió una playlist de youtube con unos 700 videos de mecanismos. Poleas, engranajes, pesos, contrapesos, cadenas invertidas ...Los vi todos más de una vez, tratando de encontrar alguno que pudiera hacer subir y bajar las alas de forma cíclica, no muy brusca, ni lentamente. El que elegí, fue este:
Flapping wing mechanism (crank&rocker)
A partir de ahí empecé a bocetar.
El problema entonces pasó a llamarse engranajes. Los fabrico yo misma? Los compro? Dónde se consiguen? Se consiguen? Busqué en mercadolibre y lo que encontré fue chatarra y piezas de plástico tan mínimas como costosas. Nada me servía.
Un poco más preocupada ya le comento a un amigo el proyecto en el que me había metido, le muestro el pedazo de metal que devendría en ala y me sugiere fugazmente que haga algo que gire con elásticos.
El miércoles, ya segura de lo que estaba haciendo, presenté en clase un ala y mi carpeta de bocetos y referencias. Todos ya estaban bastante avanzados en sus mecanismos. Uno de los profes me preguntó si haría sólo un ala. El otro me preguntó cuánto tardé en vincular murciélagos con paraguas. Recuerdo haberle dicho que vinieron de la mano.
Según unos cálculos superficiales me bastaba un solo un poco de circunferencia para lograr el movimiento. Hice una lista de materiales básicos y compré unas cuantas cosas que en casi su totalidad fueron inútiles. El barral grueso que haría ruedas resultó tener poco diámetro (cálculos muy superficiales), y tuve que volver a proyectar en cartón, hasta dar con el tamaño justo para que el ala de la vuelta. Con esa medida mandé a hacer círculos de fibrofácil y con cola de carpintero los uní, haciendo dos ruedas simples y una doble.
Un amigo me proveyó la base sobre la que monté las piezas, que era un molde de guitarra de luthier, y la forma me recordó a la de un tórax. Las banditas elásticas gruesas probaron ser eficaces y resistentes. Las partes de barral que había hecho en una instancia previa sirvieron de base para la parte fija de las alas. El armado del modelo que llevé a la pre entrega me tomó aproximadamente 4 horas.
Una vez en movimiento, me percaté que
el mecanismo tenia un delay en su ala derecha. Después de la corrección de la pre entrega un par de compañeros me hicieron observaciones muy acertadas acerca del posible origen de la falla. Gracias a eso, alinee las alas que estaban ubicadas asimétricamente, corregí los rozamientos de las ruedas, y cambié el eje transmisor de movimiento a la posición central para que las alas queden independientes entre sí.